Cuando los soviéticos eran un grupo de muchos. Julio del 92 fue la fecha
de la restauración de Rusia como miembro de la FIFA, y por ende, el momento de
juntar a los internacionales que deseaban defender a los moscovitas o los que
se decidían hacerlo por sus respectivos países de nacimiento.
Me preguntaron sobre Andrei Kanchelskis y qué fue lo que hizo como
futbolista. Bueno, todo esto tiene mucho que ver con la Rusia actual y el final
de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Kanchelskis tenía sus aposentos en la banda derecha. Predecesor del
mediático David Beckham, el ucraniano a diferencia del inglés no se destacaba
por su pegada, sino más bien por su verticalidad, rapidez, y capacidad de
desborde. No poseía la precisión del ex jugador del Real Madrid, pero su regate
y capacidad de desequilibrio eran superiores a las del británico.
Hizo lo suyo en el Manchester United, pero se lució sin duda en el
Everton, lo cual le sirvió para ser fichado por la Fiorentina, equipo que
finalmente fue su Waterloo. Su estancia en Florencia fue decepcionante,
teniendo que escapar y revitalizarse en el Glasgow Rangers escoces. Lo que vino
después fue irrelevante.
Pero resumamos. Rusia no solo era Kanchelskis y nada más. Al
centrocampista hay que añadirle al primer técnico que tuvo esta nación como
independiente, el discutido Pavel Sadyrin. Clasificado ya a EE.UU 94, Sadyrin
tuvo el inconveniente de convencer a los legionarios para apoyar su postura. No
lo pudo hacer y le fue como le fue, eliminado en la primera fase.
No solo Oleg Salenko se ganaba la vida en el exterior. En aquella lista
también estaban los Igor Shalimov (Inter de Milan), interior o lateral
izquierdo. Igor Kolyvanov (Foggia), un atacante que presionaba la salida rival
y que se desarrolló básicamente en Italia. Sergei Kiriakov, el malgeniado
delantero del Karlsruher; y como olvidarnos de los “españoles” Dimitri
Radchenko, Dimitri Popov e Igor Korneev.
Dieciocho años han pasado desde el principio. Generaciones perdidas,
jugadores olvidados y eliminaciones dolorosas. Desde Blokhin hasta Arshavin,
hasta ahora me pregunto ¿Fue beneficioso para el fútbol la desmembración de la
Unión Soviética? Personalmente creo que no, políticamente sí. Pero que sabré yo de estas
cosas.
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