sábado, 13 de diciembre de 2014

El Traffic Sports Barca



Los negocios son negocios, pero cuando los fracasos son inminentes, es mejor dejar pasar los tratos y pensar en mejores opciones. El Barcelona sigue mirando el mercado brasileño, un yacimiento que le ha dado alegrías y un campo que también le ha propiciado frustraciones.

Douglas es la última apuesta blaugrana. Llegó como el futuro dueño de la banda derecha, es decir, el continuismo del vapuleado Dani Alves. Las cosas no suelen presentarse de la forma que uno lo desea, y lo sucedido con el ex jugador del Sao Paulo es que sus oportunidades han sido escasas y cuando saltó al campo no ha dado la talla que le significaría una posible titularidad. Pero no todo es culpa de Douglas, es más, se podría decir que el brasileño es una víctima de los negocios turbios que ha salpicado al barca los últimos meses. Acaso no es verdad que Traffic Sports, una agencia de representación de futbolistas, fue la que intermedio entre la entidad catalana y el club paulista para que se diera el fichaje del marcador brasileño. Qué casualidad que esta misma empresa fue la que tuvo mucho que ver en las contrataciones de Keirrison y Henrique, por las que los azulgranas pagaron 24 millones de Euros, jugadores que al final nunca debutaron en el Camp Nou.  


Traffic Sports ha colaborado con el reflote del Palmeiras, además construye su nuevo estadio. Son más de 100 jugadores de los que esta entidad posee parte de sus derechos y tiene en el Estoril portugués una vitrina para mostrar sus productos. Es dueño del 74% de las acciones de la institución lusitana y desde el 2010 prácticamente controla el club, sin olvidarnos de mencionar que en ese entonces el Estoril militaba en la segunda división y hoy lleva dos temporadas consecutivas clasificando a la Europa League.




Negocio redondo para Traffic Sports y maleficio intencionado para el Barcelona. Douglas se enrumba al destino de Keirrison y Henrique, porque si ayer era el lateral deseado, ahora simplemente es una apuesta para la siguiente temporada. Hay algo que huele mal, sin embargo, tal parece que nadie lo quiere o puede percibir. 

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