Ese equipo ya solo existe en mis sueños. Sueños esporádicos
que a veces alumbran y que hoy simplemente viven en la imaginación de muchos.
El Porto dio la sorpresa en la Champions, es un grande, sin embargo, casi todos
aun lo ven como un pequeño.
Triunfo contundente sobre el campeón alemán. El Bayern
Munich con un pie afuera de la Champions y la ilusión de enlazar la tercera
orejona de su historia. Pero no he venido para hablar de lo sucedido hace unos
días, hoy estoy escribiendo sobre los elementos que este equipo vendió en los
últimos años, y que si hubiese retenido, estaríamos en este momento hablando de
una oncena de lujo, no de galácticos, aunque si con mucha calidad.
Debajo de los 3 maderos un hombre que no conoció la
gloria blanquiazul. En la actualidad Beto es el indiscutible de la selección portuguesa,
pero para llegar a este punto tuvo que transitar por el desconocido Cluj y
volver para hacerse de un nombre en el Braga. El Sevilla es su presente y todo
señala que seguirá creciendo. El brasileño Danilo todavía permanece en el club,
aunque su futuro será madrileño. 31 millones de Euros fue lo que ha pagado el último
campeón europeo por el lateral derecho brasileño.
El Standard Lieja es uno de los equipos relativamente
conocidos del fútbol belga. Allí creció, futbolísticamente hablando, Eliaquim
Mangala. Defensa recio y contundente. Enlistado en el Manchester City, hoy sabe
que sus mejores tiempos fueron defendiendo al equipo portuario. Fernando, Moutinho y Guarin. Que escudería
para una volante que se coronaria con el talento de James Rodríguez. Manchester
City, Mónaco, Inter y el Real Madrid. Estos 4 jugadores dejaron 96 millones de
Euros en las arcas del Dragao. Rematamos el conjunto con el brasileño Hulk,
personalmente infravalorado en comparación a otros atacantes brasileños de
antaño, y con el colombiano Radamel Falcao, pasándola mal en el Manchester
United, pero con ofertas que pueden trastocar su futuro.
Acabado el sueño solo queda mirar lo de siempre, pensando
tal vez que el cambio hará que todo valga la pena. Un sueño, nada más que un
sueño.
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