jueves, 16 de mayo de 2019

Para Francia todo comenzó con la circulación de jugadores comunitarios



Es el actual campeón del mundo y eso nadie lo pone en tela de juicio. Todos pensaran que la historia comenzó con la cantera francesa y es cierto porque nadie produce jugadores como Michel Platini y Zinedine Zidane por casualidad, pero el punto de inflexión para que Francia diera ese último paso para reinar fue la circulación de jugadores comunitarios en un ya lejano 1996 y que propició que los galos empezaran a fichar por los equipos más poderosos del viejo continente, algo que todavía perdura hasta la actualidad.


Los nombres que ahora están de moda son los Antoine Griezmann (Atlético de Madrid), Samuel Umtiti (Barcelona), Olivier Giroud (Chelsea), y Paul Pogba (Manchester United). Ellos son unos cuantos de los muchos que hay regados en Europa, pero realmente el éxodo de jugadores franceses se empezó a dar hace 23 años. En aquella época el Girondins Bordeaux había sorprendido llegando a la final de la Copa Uefa, actualmente la Europa League. Este éxito hizo que el equipo sea saqueado en su totalidad. Zidane fichó por la Juventus, Christophe Dugarry por el Milan, Bixente Lizarazu por el Bilbao, y Daniel Dutuel por el Celta de Vigo. Pero ojo que ellos no fueron los únicos. Frank Leboeuf dejó el Strasburgo y se marchó al Chelsea, Lilian Thuram aceptó la propuesta del Parma, lo mismo que el expeditivo Daniel Bravo. 


Laurent Blanc fue adquirido por el Barcelona, Corentin Martins por el Deportivo la Coruña, y Pierre Laigle por la Sampdoria. Es decir, fue una fuga masiva de jugadores franceses a las principales ligas europeas a menos de dos años del inicio del Mundial. Todo esto sirvió para que Francia empiece a cuajar mejor a su selección. El técnico Aime Jacquet pudo ver que ya no era necesario convocar a los ilustres Eric Cantona (Manchester United) y David Ginola (Tottenham Hotspur), puesto que la lista de legionarios era amplia y muchos de ellos se adaptaron muy bien a sus nuevas ligas.


Así pues Francia hizo su Mundial en 1998 y lo ganó, pasando por encima al Brasil de Ronaldo y dejando claro que un equipo se inicia desde una buena defensa. Después vinieron más éxitos y la debacle, pero lo que ya no se dejó de hacer es de fichar jugadores franceses. Esta nueva camada de cracks que llevaron la segunda Copa del Mundo a París también ha terminado su formación en el exterior y curiosamente tanto el equipo del 98 como el del 2018 no contaba con un goleador envidiable puesto que para nadie es un secreto que Dugarry y Giroud trabajaban para el equipo y no con el afán de ser simplemente el realizador del conjunto.


"Me irrita, aunque es ley de vida, que nos quiten a nuestros mejores jugadores. Me preocupa que se resienta el campeonato y pierda la espectacularidad de los últimos años".

Michel Platini tenía razón ya que después de la ley de Bosman ningún club frances ha llegado a ganar un torneo europeo. Es el precio de contar con una excelente cantera y de ser todavía, y al parecer por mucho tiempo, el yacimiento de los grandes del fútbol europeo.

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