El resultado suele maquillar la performance, al menos en el fútbol es así. El Manchester City ha tomado sus precauciones al saber que sobre sus hombros reposan 4 torneos (Premier League, Copa de la liga, Copa F.A y Champions League), que sin lugar a dudas, ponen contra las cuerdas la resistencia física de los celestes.
Hay jugadores desequilibrantes que se hacen notar. Lo de David Silva, de superlativo nivel, es hoy imprescindible para los ciudadanos, y es algo que se notó en el partido por la Copa inglesa contra el Arsenal.
Adam Johnson aporta su velocidad por la derecha. Lo de Onouha como lateral es como buscar una copia de Micah Richards. Me pareció muy raro, porque bien se pudo ubicar a Zabaleta por la diestra, regresar a Kolarov a su demarcación original, y arrancar desde un principio con Agüero y Dzeko en la delantera.
La técnica de Samir Nasri ofrece ese toque exquisito del esférico, pero no es el alquimista en el que hoy se ha transformado “El chino” Silva. Es agradable ver de vuelta a Owen Hardgreaves. Su discreto paso por el Manchester United parece aún recrudecerlo.
Se lo ve dentro de una nebulosa de la que le es imposible salir. El todoterreno del Bayern campeón de Europa 2001, ha quedado en el olvido.
En fin, hoy vimos más que el triunfo del City. Nosotros apreciamos el conjunto que está tejiéndose por detrás del primer equipo. Unas variantes, todas internacionales, que serán el colchón de una oncena que llegara a definir si esta temporada fue buena, o nefasta.
Ya lo veremos en mayo del 2012.
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