Quiero recordar a un auténtico ‘tanque’. A uno de esos olvidados por los
periodistas y añorado por los nostálgicos.
Dinamarca es algo más que los hermanos Laudrup. Algo más que John Dahl
Tomasson o Peter Schmeichel. Lo recuerdo con los brazos en jarra viendo atónito como el ‘Buitre’
Butragueño y España, dejaban fuera de México 86 a la considerada, en ese
momento, la Holanda de los ochentas. Un verdugo letal. No un aislado inadvertido del área que espera hallar
un balón boyando, sino un artillero vertical cuyo galopar marcaba diferencia y,
su definición sutil lo eliminaba del modelo del clásico cañonero.
El diestro de los regates fantásticos y de la técnica magnifica, fue
junto al alemán Hans Peter Briegel los pilares del Verona, monarca del Calcio
84 – 85. Es decir, el cancerbero danés fue un digno predecesor de los Marco Van
Basten, George Weah y Careca. Contabilizo 69 entorchados internacionales con su
selección, anotando la friolera cifra de 39 goles. Se adjudicó la Copa de
Alemania y la Bundesliga con el Colonia, y le perteneció al Lokeren belga
durante 6 temporadas (78 – 84).
Deseaba hacer memoria y terminé por revivir la historia. Preben Elkjaer
Larsen, el demonio de Copenhague, Preben Elkjaer Larsen la complejidad hecha
delantero.
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