Desde pequeño escuche a
mi padre hablarme
de las Olimpiadas
de Berlín 36 y
de cómo Adolfo
Hitler nos impidió llegar
a disputar la presea dorada. Es lógico
que cualquier amague
o éxito consumado
se valoré de
forma extrema, a raíz que
el Perú está
hambriento de triunfos
y que nuestra historia
solo registre dos
hechos que nos
pueden llenar de
orgullo, la consecución de
la Copa América
de 1939 y
1975.
Para comenzar, Perú venció
a Finlandia (7-2)
en el debut olímpico.
Este triunfo le posibilito a los
incaicos disputar el
pase a las
semifinales teniendo como
rival a la
selección de Austria, tierra natal
de Hitler, y que
en esos días
era conocido como el Wunderteam,
conjunto que maravillaba
al viejo continente. Primera aclaración, la
blanquiroja no enfrento
al combinado austriaco
que era liderado
por Matías Sindelar, sino a
un equipo conformado
por jugadores de
un segundo nivel.
El partido lo comenzaron
ganando
los europeos, pero en una reacción
importante los sudamericanos
igualaron el marcador
y llevaron el
choque a la prórroga,
donde los peruanos
anotaron en cinco
ocasiones siendo solamente
validadas 2 de
ellas. Es decir, Perú había
accedido a las
semifinales con un
marcador global de 4 –
2.
Según cuentan las
crónicas, hubo una invasión
del campo, siendo exagerada
más adelante por
el diario inglés
Daily Sketch que aseguraba
que los aficionados
nacionales ingresaron con
cuchillos al rectángulo de
juego. Todo esto fue
un rumor infundado
que tenía algo
de verdad. Sí hubo
ingreso del publico
al campo de
juego y también
se registraron agresiones
a los jugadores
austriacos, pero no se refrenda que
existió la presencia
de alguna arma
blanca.
Menguado físicamente, el conjunto
europeo no pudo
hacer nada ante
los embates peruanos.
Ese fue el
argumento que presento
Austria para solicitar
la repetición del
partido. Convocando el comité olímpico una
reunión con ambas
partes, cita a la
que los dirigentes
peruanos no asistieron, derivando todo
esto en la
repetición del encuentro
programado para el
lunes 10 de
agosto. Al no presentarse
Perú, el árbitro, luego de
15 minutos de
espera dio como
ganador a la
selección austriaca. Algunos piensan
que si los
representantes peruanos se
presentaban a dicha
reunión no hubiera
procedido el pedido
austriaco y esto
echa por tierra la
supuesta injerencia del Führer para
perjudicar a la
bicolor.
Un mito desestimado
no necesariamente es
una historia mal
contada. Mi padre es
un aficionado más
que la prensa
sensacionalista sigue cegando
con su verborragia
incoherente, no aseguro
nada pero a
las pruebas me
remito, y pienso que
tal vez no sucedió
como
lo estoy contando
pero tampoco hay
pruebas suficientes que dictaminen que
Adolf Hitler tuvo
algo que ver con
el abandono de
la nacional y
su posterior beatificación.
0 comentarios :
Publicar un comentario