Una cosa es
querer y otra
cosa es que
te acepten. No había
mejor opción para
sustituir a Cech, es
más, ya le pertenece
al Chelsea, pero lamentablemente las
intenciones de Thibaut
Courtois no tiene
matices azules y su amor, por
ahora, tiene rostro colchonero.
Espigado, ágil y uno
de los mejores
del viejo continente. La voluntad
de Courtois ha
sido primordial para
que su cesión
al Atlético de Madrid
se extienda. Todo indicaba
que el Chelsea
intentaría traerlo a
Stamford Bridge, sin embargo, el
internacional belga al
percatarse que tiene
en Peter Cech
un escollo insoslayable se
inclinó por quedarse
en España donde
es ídolo indiscutible
del Calderón. Para que
ir a Inglaterra
a sentarse cuando
el éxito le sonríe
en
la madre patria.
A un año
de la Copa
del Mundo y con su
selección liderando su
grupo, no tiene sentido
irse de Madrid
para encallar en
Londres, trayendo consigo la
suplencia y por
ende dejándole el
campo libre para
que otros internacionales como
Mignolet y Gillet
accedan a la
portería de los
diablos rojos.
Courtois sabe lo
que le conviene
y cuál será su
futuro. El campeón de
Europa lo tienta
pero para que
cambiar un matrimonio
perfecto por un
desliz inseguro. El Chelsea mira
para otro lado, mientras Thibaut
vuelve a jurarle
fidelidad a la camiseta
rojiblanca.
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