No siempre las cosas nos salen como las deseamos. Ya no está Drogba pero está Demba Ba. Ni la presencia de Rafa Benítez le ha proporcionado a Fernando Torres la posibilidad de recuperar el nivel que le permitieron ser el ariete del Atlético de Madrid, Liverpool, y de la selección española. Rusia lo convoca pero el “niño” no se deja seducir.
Son 57 millones
de Euros los
que el Anzhi
ha puesto sobre
la mesa para
adjudicarse a Torres. Una cantidad
importante por un
delantero que no
ha sido fundamental
para un Chelsea
que intenta tener
en la Europa
League el consuelo
que tanto busca en
una nefasta temporada.
Torres ha fracasado
en su intento
de suplantar a
un irremplazable Didier
Drogba. El niño está fuera
de ritmo últimamente, no es
ya ese temible
delantero que aparecía
para definir un
partido. Ahora lo vemos
abrigado, como recluido en
sus cuarteles de reposo. Allí en
el banco, da la
impresión que solo
espera el retiro
apresurado y que
la llamada de
Don rafa demorará
una eternidad en
llegar.
Rusia no es
la mejor opción, todavía. Hay chances
manejables y ventajosas, pero con
tanto dinero en
juego es posible
que la gloria
quedé aun lado
y le dé paso a
la ambición. El “niño” ya no
lo es tanto, pero la madurez
no le ha traído buenos
destinos. Ahora llega el
momento de decidir y
tal vez la
madre patria sea
el cobijo que
tanto necesita.
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