Cuando la
razón se opone
el resultado obliga. Todo ha
sido tan rápido
que casi nadie
lo ha tomado
en cuenta. El Swansea
se ha quedado
sin timón, y
por ende, Michael Laudrup
paso a la
desocupación. En todas partes
se cuecen habas.
Ocho partidos
y seis derrotas
son un buen
motivo para poner
en discusión la
continuidad. Michael Laudrup sabía
que la situación era
insostenible y que
la Copa de
la Liga conseguida
el 2013, ya no
sería una justificación
suficiente si quería
conservar el cargo.
Bueno, el resultado vuelve
a ser el verdugo
de un técnico
y no es
para asombrarse. La décimo segunda ubicación
del Swansea y
la futura eliminatoria
de Europa League
frente al Napoli
es el presente
de un conjunto
que, por ahora, ha decidido
dejar la conducción
en manos de
Garry Monk.
"Es
una decisión que hemos tomado de mala gana. Sin embargo, es una decisión tomada
por el bien del Swansea City Football Club y de sus seguidores. Es la primera
vez en casi diez años que el club ha destituido a un entrenador así pero
queríamos quitar la incertidumbre que había en el club y sobre el futuro de
Michael". Declaró
Huw Jenkins, presidente de los
cisnes.
Una
entidad
seria responde con
decisiones coyunturales. Hay incoherencia, pero momentos
difíciles exigen resoluciones
firmes. El Swansea afronta
con inmediatez un
camino complicado, pero quién
sabe, tal vez
el legado de
Michael sea lo
ideal para extender
la corta historia de
éxitos del españolizado
equipo galés.
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