No es normal dejar a tu selección tras haber alcanzado la clasificación al Mundial. No era raro hasta ahora porque hace unos días Ange Postecoglou dimitió como técnico de la selección australiana tras haber conseguido la clasificación en detrimento de Honduras en la repesca mundialista. Hasta este momento no se sabe quién guiará a los 'canguros' en Rusia 2018 aunque la confianza está en un puñada de jugadores que desbordan calidad a borbotones.
"Ha sido una decisión muy dura para mí. Ha sido un privilegio dirigir a la selección de mi país. Todo esto, sin embargo, se ha cobrado un coste personal y profesionalmente. He invertdio todo lo que pude sabiendo lo importante que era esta etapa para el fútbol australiano".
Han sido 4 años al frente de un equipo que sigue teniendo presencia internacional pese a cambiar de continente. Recordemos que los 'socceroos' dejaron Oceanía para irse a jugar a territorio asiático, teniendo que verse las caras con equipos como Japón y Corea del Sur, quienes muestran un nivel elevado y por ende son un reto mayor. También decíamos que la partida de Postecoglou se ve aliviada en parte por el gran equipo con el que cuenta Australia en este momento y no lo decimos únicamente por Tim Cahill (Melbourne City), un sobreviviente de la anterior generación, sino más bien por jugadores con Tom Rogic (Celtic) que se han afirmado y ya son pieza fundamental del combinado nacional.
Una defensa de tres jugadores donde destaca el expeditivo Matthew Jurman (Suwon Bluewings), los cuales son el último bastión para llegar a la frontera defendida por Mathew Ryan (Brighton & Hove Albion). Debemos recordar que el ex arquero del Brujas trata de recuperar su nivel tras una lesión que evitó su permanencia en el Valencia. Por delante de la defensa se ubica Mile Jedinak (Aston Villa), el barbado centrocampista que le da salida rápida al equipo aunque carezca de una visión de juego privilegiada. Otro de los nombres importantes dentro del equipo es Aaron Mooy (Huddersfield), el calvo tiene una potencia y un vaivén impresionante que se le considera el pulmón de esta selección.
Rogic (Celtic) trabaja en la mediapunta y Cahill es el único delantero nominal. Ambos con gran dominio del juego aéreo y que se ven muy bien apoyados por las subidas de Mathew Leckie (Hertha Berlín) por la banda derecha. Otros jugadores importantes también son el medio Mark Milligan (Melbourne Victory) y el defensor Aziz Behich (Bursaspor).
Postecoglou ha dejado Australia y no es una noticia menor. Su gran trabajo en cuatro años no solo reflejan el renacimiento de un combinado que tenía pendiente el relevo generacional sino también el consolidarse en un nuevo continente. Lo han logrado y hoy, a pocos meses del Mundial, se necesita un nuevo timón que pueda cosechar los frutos de un trabajo serio y nada improvisado.
Una defensa de tres jugadores donde destaca el expeditivo Matthew Jurman (Suwon Bluewings), los cuales son el último bastión para llegar a la frontera defendida por Mathew Ryan (Brighton & Hove Albion). Debemos recordar que el ex arquero del Brujas trata de recuperar su nivel tras una lesión que evitó su permanencia en el Valencia. Por delante de la defensa se ubica Mile Jedinak (Aston Villa), el barbado centrocampista que le da salida rápida al equipo aunque carezca de una visión de juego privilegiada. Otro de los nombres importantes dentro del equipo es Aaron Mooy (Huddersfield), el calvo tiene una potencia y un vaivén impresionante que se le considera el pulmón de esta selección.
Rogic (Celtic) trabaja en la mediapunta y Cahill es el único delantero nominal. Ambos con gran dominio del juego aéreo y que se ven muy bien apoyados por las subidas de Mathew Leckie (Hertha Berlín) por la banda derecha. Otros jugadores importantes también son el medio Mark Milligan (Melbourne Victory) y el defensor Aziz Behich (Bursaspor).
Postecoglou ha dejado Australia y no es una noticia menor. Su gran trabajo en cuatro años no solo reflejan el renacimiento de un combinado que tenía pendiente el relevo generacional sino también el consolidarse en un nuevo continente. Lo han logrado y hoy, a pocos meses del Mundial, se necesita un nuevo timón que pueda cosechar los frutos de un trabajo serio y nada improvisado.
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