viernes, 11 de noviembre de 2011

Empate y a resolverlo en Lisboa

Un pueblo de lucha y resistencia. Bosnia y Herzegovina es uno de los fragmentos de la desmembrada Yugoslavia. Su pequeño estadio y su maltratado césped es el punto de referencia ideal para los edificios que adornan una explanada, una extensión donde aún huele a guerra.


Encuentro luchado, de mucho desgaste físico, y con la única acción de riesgo en las botas de Vedad Ibisevic (Hoffenheim).

Lo de Bosnia y Herzegovina descansa sobre los pies de Zvejzdan Misimovic (Dinamo Moscú), y su manejo criterioso. En Miralem Pjanic (Roma) y su juventud experimentada, y como olvidarnos de Senad Lulic (Lazio) con su habilidad en espacios cortos.


Un primer tiempo completamente luso. Con un Pepe (Real Madrid) en una pegajosa marca sobre Edin Dzeko (Manchester City) y un mediocampo con Veloso (Genova), Joao Moutinho (Porto) y Raúl Meirelles (Chelsea) muy aplicados en la recuperación.

Los laterales bosnios nunca treparon por sus bandas, por lo que tanto Lulic como Pjanic emprendían solitarias e infructuosas acciones individuales. Cristiano Ronaldo sobre la izquierda, Nani en la derecha y el trotamundos Helder Postiga (Zaragoza) como centrodelantero. Es increíble lo que le cuesta a Portugal hallar un atacante confiable y letal. Hoy es Postiga, ayer fue Liedson (Corinthians) y más atrás era Pedro Pauleta.

Los jugadores bosnios tienen en el juego aéreo de Dzeko, una invitación para levantar el balón.


El resumen del partido no permite la generosidad. Igualdad en todo, y con la tranquilidad para Portugal de definirlo en casa. Para Bosnia no todo está cuesta arriba. No le anotaron goles, y un acierto de su parte puede poner el juego a su favor.

0 comentarios :

Publicar un comentario