Con el tiempo la costumbre suple a la emoción. La dimisón de Fabio
Capello a su cargo de director técnico de la selección inglesa ha sido un
verdadero balde de agua helada para los medios y público en general, que se
vieron tomados por sorpresa y sin la capacidad de reacción para esbozar una
opinión imparcial.
Lo curioso de todo es que la Federación ha aceptado con sosiego la
postura del entrenador italiano, como dando a entender que el ex Real Madrid no
es indispensable y que los rumores de que sería reemplazado por Harry Redknapp
al terminar la Eurocopa son más que concluyentes.
Muchos motivos empiezan a rondar por tierras anglosajonas, teniendo como
el principal al castigo que recibió John Terry hace algunos días debido a los
supuestos insultos racistas que el jugador del Chelsea propino contra su colega
del Queen Park Rangers, el defensor Anton Ferdinand. Desde un primer momento el
ex conductor del Milan mostró su disconformidad con el retiro de la capitanía
que la Federación realizó en contra de Terry, aduciendo que mientras no era
condenado por un tribunal civil no se podría extender ningún tipo de sanción.
Resulta complicado pensar que la solidaridad de un técnico hacía un
jugador sea motivo de abandonar un trabajo de 4 años, por lo que cobra una
mayor importancia el hecho que el italiano olfateara su salida y que Redknapp,
quien estaba imposibilitado de ser seleccionador inglés por una acusación por
evasión de impuestos curiosamente acababa de ser absuelto. ¿Será casualidad o fue causalidad? Solo los protagonistas lo saben.
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