Nada de
nada. Ni siquiera un
amago para satisfacer
el paladar futbolístico. Senegal se
presentó el 2002
con autoridad y
desde ese momento
todo ha sido
derrota tras derrota. Los
leones de Teranga
intentan hacer algo, al
menos, materia prima no
le falta.
Una ofensiva que
está quedando en
el olvido. Jugadores que
triunfan en el
viejo continente, pero que
cuando representan a
la nacional no
refrendan el buen
nivel que se les conoce. En
tierras asiáticas Senegal
se presentó a
nivel mundial. Era un
conjunto fresco y
desinhibido. Sin presiones y
carismático. Eran tiempos del
El Hadji Diouf
y de Henri
Camara. Eran tiempos donde
se pensó que
todo comenzaba, sin imaginar
que esa chispa
se extinguiría rápidamente. Desde aquel
año los Leones
de Teranga han
ido de fracaso
en fracaso, sin intentos
claros y con
la desorganización que
caracteriza a las
federaciones africanas.
No quiero
caer en facilismos
y solo decir
que este combinado
es Demba Ba
y diez más. Todo
lo contrario, puesto que
el actual delantero
del Besiktas ya está dando
paso a los
Safri Sakho (West Ham), Papis Demba
Cisse (Newcastle) y Moussa Saw (Fenerbahce). Sin olvidarnos
de Mame Birame
Diouf (Stoke City) quien tiene
una nueva oportunidad
de convencer a
los que creían
que era el
uno de los
mejores delanteros africanos, especialmente a
los del Manchester
United, equipo donde nunca
pudo asentarse. Delanteros espectaculares que
ahora se combinan
con otros elementos que
sustentan la columna
vertebral. Cheikhou Kouyaté (West
Ham) es la perla del
mediocampo. Es complicado definir
al ex jugador
del Anderlecht. Parece un
arácnido que copa
toda la medular y
que también disimula
muy bien su
desorden. Mohamed Diame (Hull
City) quita y
se lanza al
ataque. Cimbreante y tenaz. El
ex Wigan aún
conserva ese olfato
de gol que tanto lo
ha caracterizado.
Después de
esto solo podemos
decir que la
defensa se sostiene
con jugadores como
Saliou Ciss (Valenciennes) y
Jacques Faty (Sivasspor),
hombres de categoría, pero de
incipiente fama. A ellos
se suman otros
“franceses” como Pape
N’diaye Souaré (Lille), lateral izquierdo
que levita al
momento de cabecear
un centro preciso. Issa Cissokho (Nantes) por
la derecha es
de los pocos
que puede subir
y culminar la
jugada con la
pierna izquierda. Mientras que
el rey de
la zaga es
el gigante Lamine
Sané (Girondins Burdeos), recientemente
afectado por una
lesión, pero aun así
convocado por Giresse
para el doble
choque contra Túnez
el próximo 10
y 15 de
octubre. También debemos
mencionar a los
“españoles” Alfred Ndiaye (Betis) y Pape
Kouly Diop (Levante), este último
un volante central
con llegada y
que se caracteriza
por tener un
buen remate de
larga distancia.
He querido
reflejar una situación
común. Una situación donde
las posibilidades son
muchas y dependen
de una buena
organización. Senegal tiene lo
necesario, pero hay que
saber si lo
antes mencionado será
suficiente.
Los convocados
para el cruce
ante Túnez son
los siguientes:
Arqueros:
Bouna Coundoul (Ethnikos), Lys Gomis
(Trapani), Pape Demba Camara (Sochaux).
Defensas:
Kara Mbodj (Genk), Pape Ndiaye Souaré (Lille), Papy Djilobodji (Nantes), Issa
Cissokho (Nantes), Lamine Sané (Girondins Burdeos), Zargo Touré (Le Havre),
Cheikh Mbengue (Rennes).
Centrocampistas:
Alfred Ndiaye (Betis), Idrissa Gana Guéye (Lille), Mohamed Diamé (Hull City),
Stephane Badji (Brann), Salif Sané (Hannover), Pape Kouly
Diop (Levante), Cheikhou Kouyaté (West Ham).
Delanteros:
Sadio Mané (Southampton), Mame Birame Diouf (Stoke City), Dame Ndoye (Lokomotiv),
Moussa Sow (Fenerbahce), Papis Demba Cisse (Newcastle), Demba Ba (Besiktas).
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