Con la nostalgia que me invade y con la memoria de consuelo , te añoro con delirio , porque si de recuerdos se trata , suele el tiempo ser aliado de lo mas sublime y principal enemigo de su misión.
Un ya lejano 1993 , cuando la televisión por cable era tan solo un sueño , y los sueños en eso quedaron , en fantasías de un inoportuno escritor , que solo una cosa puede hacer , soñar , relatar y volver a vivir.
Borrosa es la imagen de un Didier Deschamps elevando la “orejona” , una sorpresa dirían algunos , pero aquellos que todo culpan al azar , son los que soslayan la capacidad .
Y calidad , si es que me permiten utilizar este termino , pero como todo en este mundo se debe comprobar , refrendo mi posición o afirmación nombrando tan solo a los héroes de dicha hazaña : Basile Boli, Abedi Pele, Fabián Barthez , y Frank Sauzze entre otros.
Aquella televisión de 14 pulgadas fue el instrumento. Aquel oleo donde se dibujaban las subidas de Jocelin Angloma , los anticipos de Marcel Desailly y el gol , si , el gol de Basile Boli , único en la final y como para obtener oreja y rabo, anulación completa de Marco Van Basten.
De esta manera , soportando el frio de la madrugada , veía como Abedi Pele tejía sus filigranas; reconocía la canosa cabellera de Rudi Voeller y quedaba pasmado con la potencia de Allend Boksic.
Mientras mis ojos se cerraban sucumbiendo ante el cansancio , aquella mezclada con la emoción , la cual aun presente , se apropia de la autoría de estas líneas.
Y sin desear caer en la ingratitud , demando vitorear el nombre de Didier Deschamps ¿trabajo sucio? No, trabajo de obrero, de caballero, de capitán.
Con el soborno rondando al Marsella , con el descenso como final, pero esto no mancha un triunfo claro , porque si algo la memoria guarda , es aquel 26 de mayo en Múnich , con el fin de un ciclo y con el inicio de otro.
Para la posteridad queda el once del campeón:
Fabián Barthez
J.Angloma M.Desailly B.Boli Di Meco
R.Voeller A. Boksic
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