El miércoles pasado todos hablaban del Madrid – Milán, de Kaká y Ronaldinho, sin embargo, la capital española fungía de escritor y en la ultima pagina del diario encabezaba: “hoy el Atlético se la juega en Londres”.
Momento delicado de los rojo y blancos, tras la catastrófica caída en el reino de Navarra contra el Osasuna y el posterior desliz sufrido en Stamford Bridge, y por si fuera poco el miserable empate contra el Mallorca el fin de semana ultimo. Ocho goles en tres partidos. Algo pasa, al menos ese diagnostico salta de inmediato y casi por costumbre la responsabilidad debía caer en Abel Resino, cuya continuidad ha sido interrumpida.
Primero, destacar que el Atlético esta desequilibrado entre defensa y ataque. Y peor todavía, de las innumerables ocasiones de gol fabricadas, ninguna o pocas fueron rentabilizadas. Los fichajes colchoneros han sido un fiasco o no reunieron el nivel con el que vinieron precedidos. John Heitinga, el polivalente internacional holandés; lateral derecho o central. Llego al Vicente calderón y se marcho al Everton. Así de simple, así de fácil.
Gregory Coupet, el sucesor de Fabián Barthez, multicampeon en el Lyon, dejo Francia y se estableció junto al Manzanares. Resultado, volvió a su tierra y de paso, Leo Franco viajo a Turquía. El vaivén del mediocampo debía ser obra de Ever Banega y Maniche. El ex Boca utilizo su estancia en Madrid para la adaptación al balompié español. Hoy lo goza el Valencia. Lo del portugués es indescriptible. Campeón de Europa con el Porto, fracaso en el Dinamo Moscú, fantasmal aparición en el Atlético de Madrid e insipiente paso por el Inter de Milán. No hay más que decir.
No deseo unirme a la oleada de criticas contra Abel, pero el colocar a Thomas Ujfalusi como lateral derecho fue una decisión apresurada, cuyo motivo, la falta de elementos, no satisface a muchos. Pero todo se puede solucionar en el mercado de invierno , pero el responsable ahora será Quique Sánchez Flores.
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