lunes, 22 de febrero de 2010

Lo que el futbol nos dejo

Pensaba en ti y era como si te mirara a los ojos, pudiendo describirte con premura, preferí pensarte con ternura.

Volvía a casa con incredulidad , pensaba que era una broma de los cremas que con ironía trataban de ilustrar un mal resultado.

Digerida la goleada al ultima campeón de América, y vista hasta la saciedad los goles de un desconocido Wilmer Aguirre, me enfoco en lo que aprecie horas después del triunfo intimo.



Esquina de Humboldt con Huamanga en la Victoria, niños y jóvenes dándole desordenadamente al balón, camisetas aliancistas por doquier y alguno sin temor, fantaseando ser ese zorrito que dejo mal parado a Clemente Rodríguez.

La imagen se había perdido, casi nadie ya juega, reemplazando la pelota por una botella y la pista por una rueda en la acera.

Pero la noche blanquiazul fue la noche del futbol y nada tiene que ver los colores, porque lo mismo se sintió con el Juan Aurich en México o con un Roberto Palacios mostrándonos su “te amo Perú”.

Lo que el futbol nos dejo no se escribe, ni se piensa, se vive y se siente.

Te pensé con la inocencia de un loco, pero que linda locura la mía, porque me llaman el loco como lo dijera Javier Solís, cien años pienso en ti, como lo cantara Pedro Infante.

0 comentarios :

Publicar un comentario