Agazapado, a
hurtadillas. Lusitanos que aguardan su
momento y observan
la sinfonía que sus
rivales de turno imponen.
Los hispanos avasallantes
y su ego
interminable. Toque y más
toque, posesión y rutina. Hay un
favorito, hay un convidado
de piedra.
El reflejo
de la primera
semifinal europea es
conocida por todos. España va
a dominar el
juego mimando el balón
y
haciendo ver a
los portugueses imposibilitados de
tejer una jugada
de gol. La clave
está en ver
si este control
se plasma en
diferencia numérica o
simplemente es referencial.
Vital trabajo
el que realizaran
esta tarde Raúl
Meirelles, Miguel Veloso y
Joao Moutinho. Sobre todo
este último, cuya precisión
en los lanzamientos
va a ser
decisiva si es
que los dirigidos
por Paulo Bento
intentan sorprender con
la velocidad de
Nani y Cristiano
Ronaldo. Otra situación
importante va a ser que
los de Vicente
del Bosque no
logren cuajar esos
pases entre líneas,
y sin duda
sería un error
caer en la
monotonía del pase e
intentar llegar al gol haciendo
primar la estética.
El cansancio
de una temporada
larga y extenuante, la responsabilidad de
revalidar y el
otro de hacer un sueño
realidad. La moda se
enfrenta, no existe nada
del Campeón del
Mundo contra CR7, hoy
chocan dos selecciones
diferentes y de un
dulce presente.
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