Román es
un hombre de
fútbol y un
conocedor de medios. Cuando se
suponía que los críticos
harían
leña de la
derrota boquense, aparece Riquelme
para concitar toda
la atención y
presentar su renuncia
publica a Boca
Juniors. Nadie habla del
Corinthians, nadie habla del
error de Schiavi,
nadie habla del
caso Roncaglia y
nadie habla de
la ilusa idea
que los triunfos
del pasado son
motivos para pensar
en una consagración
futura.
"Hace
16 años que juego al fútbol; ahora sólo quiero ir a mi casa, abrazar a mis
hijos, comer asados con mis amigos. Le pido perdón a mi hijo por no llevar la
Copa y luego, si él me dice que quiere verme jugar al fútbol, analizaré ofertas
y veré donde continúo".
Lección de
manipulación y cátedra
de periodismo. Maneja la
atención de las
masas y conducirás
la opinión pública. ¿Por qué se va?
¿Es Falcioni el
culpable? ¿Dónde jugará?
Tantas preguntas
y tan pocas
o mejor dicho
reacias respuestas. Quizá me
equivoque o tal
vez la suspicacia me
invade. El tiempo transcurre
y todo queda en
el olvido. Riquelme amasó
el balón y
la atención mediática, el
marcó los tiempos
y los demás
giran a su
ritmo. Un maestro dentro
del campo y
fuera de él.
Retírate Román, no
lo dudes, has hecho muchísimo.
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