Solemos caer
en comparaciones porque
eso vende y
también concierne. Los titulares
elogian el acceso
de Perú al
mundial infantil de vóley
y
en la contratapa
las frustraciones que
vive el alicaído fútbol
inca. Premiaciones y visitas
presidenciales, entrevistas
y recuerdos. Eso lo
he visto antes y
lo seguiré viendo
cada vez que
un triunfo se
digne a honrarnos
con su presencia.
Debo decir
que el deporte
de la net
alta no tiene
la competitividad del balompié,
con esto
no menoscabamos el
logro conseguido, sino que
resaltamos algo evidente, y es que mientras
los mates tienen
en Perú, Brasil y
Argentina a sus
máximos exponentes, en el
fútbol todos los
países son peligrosos
y realizan una
postulación sustentada a
la copa del
mundo.
Hablamos de
deportes de distinto
arraigo pero tampoco
podemos caer en
la mezquindad y
obviar el talento
expuesto en su
día por Ana
Mozer, Cecilia Tait, Gaby Pérez
del Solar, Fernanda Venturini
o Regla Bell. Pero no
deseando caer en
el machismo puedo
decir que mientras el
fútbol mueve masas, el
vóley tiene adeptos
particulares, y para el
resto, incluido periodistas es
un magnifico consuelo
ante la carencia
de los éxitos
futbolísticos.
Escribir es
un don que
adquirimos con el
tiempo. Si lo haces
con responsabilidad o
coherencia eso queda
a conciencia, pero la
coacción y la
manipulación no tiene
cabida y mucho
menos menos en
una profesión tan
digna como el
periodismo.
Disculpe profesora
Rivero, recién recordé que se dice voleibol y
no solamente vóley.
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