La copa de
Europa ya no
es lo que
era antes. Disculpen, ahora se
llama Champions League, no
era mi intención
confundirlos. Hace mucho que equipos
modestos no pueden
imponerse en el
contexto internacional, y el
principal motivo es
la Ley de
Bosman y el
poder económico de algunas
ligas europeas.
Alejados están esos
días en que
el Steaua Bucarest
vencía al Barcelona
en la final
europea de 1986. Adrián Bumbescu
y Miodrag Belodedici en
la zaga, László Boloni
en el medio
y el peligroso
Marius Lacatus en
la ofensiva. Nada pudieron
hacer los de
Terry Venables para
sostener al conjunto
del ejercito rumano.
Y parece también
una utopía que
vuelva a repetirse
el triunfo del
Estrella Roja contra
el Marsella del
magnate Bernard Tapie (1991). Inolvidable equipo con
Sinisa Mihajlovic y
Refik Sabanadzovic en
la retaguardia, Vladimir Jugovic
en la medular
y los fantásticos Dejan
Savicevic y Darko
Pancev en el
ataque.
A estos hay
que añadirles al
Nottingham Forest de
Peter Shilton, Kenny Burns
y John Robertson. Al fabuloso Dinamo
Kiev de la
Recopa 86, donde el gran Igor Belanov era
la figura, siguiendo los
pasos del velocista
Oleg Blokhin que
llevó a la
gloria europea a
los ucranianos en
1975.
Y culminamos este
recuento con el
Ajax de 1995. Una prueba
de lo que
el dinero puede
hacer. Campeones de Europa
e inmediatamente Edwin Van
der Sar se
marchó a la
Juventus, los mellizos De
Boer, Jari Litmanen, y Marc
Overmars al Barcelona,
Finidi George al
Betis, Nwanko Kanu al
Inter, Michael Reiziger,
Edgar Davids, Winston Bogarde
y Patrick Kluivert
al Milan, Sonny Silooy
al Arminia Bielefeld, y
hasta Louis Van
Gaal no pudo
evitar sucumbir ante la
oferta barcelonista.
El campeón holandés
no pudo soportar
la fuga total
de su equipo
titular. Hoy ya ni
siquiera les dan
un respiro a
los establos del balompié
europeo. Yugoslavia desapareció
y cada año
la liga de
Serbia, Croacia, Macedonia, Montenegro
y Bosnia ven
fugarse a sus
mejores exponentes futbolísticos. El Steaua
Bucarest ya no
puede formar un
conjunto respetable. Y cuando
el Ajax intento concluir
un proceso, los grandes saquearon
sus arcas y
se llevaron a
Zlatan Ibrahimovic, Andy van
der Meyde, Rafael Van
der Vart, Stephen Piennar, y
Wesley Snedjder, entre otros. Frustrando de
esta forma el sueño
de lograr por
sexta ocasión el
cetro continental.
No hay más que
decir que sin
efectivos no existe
una competencia justa. El Nottinghan
está en la
segunda división inglesa, el
Dinamo Kiev en 1999
hizo algo importante
pero esto le
costó perder a
Shevchenko y Rebrov. Mientras que
clubes como el
Porto tuvieron que
sufrir la perdida
de Paulo Ferreira, Ricardo Carvalho, Maniche, Costinha, Deco y de su
técnico José Mourinho.
Así no se
puede hacer mucho. Disculpen, no quiero
mentirles, así no se
puede hacer nada.
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