No es que
lo decidió hace
6 meses sino
que no le
cumplieron lo que
estaba solicitando. Juan Román
Riquelme ha dejado
en claro su
renuncia irrevocable a
vestirse nuevamente de
xeneize, y es que ningún
club del mundo
puede apostar por
un jugador inactivo
hace meses y
con 34 años
a cuestas, por más ídolo
que
este sea.
"Le doy las gracias al presidente,
al técnico y a todos los dirigentes que intentaron convencerme de que vuelva,
pero sabían que iba a ser difícil que cambiara la decisión, estoy
contento con la vida que tengo".
No se
puede estar contento
con la vida
que se tiene cuando paralelamente
dices que estás
dispuesto a escuchar
ofertas. Que si Brasil
o tal vez algún club
en argentina. Todos envejecemos
y debemos aceptarlo. Ya sé
que 34 es
una edad vigente, sin
embrago, en la
existencia de un
futbolista es casi
la postrimería de su carrera.
Solicitar la prórroga de
su contrato hasta
el 2015 era
descabellado. Nadie por más
consideración que le
tenga a un
jugador iba a
enganchar a un
veterano por dos
años, convirtiendo de paso
al equipo en
un dependiente del
toque ralentizado de
Román.
Ha llegado
el fin del
amasador. Nadie es eterno
y mucho menos
un futbolista. Nadie es imprescindible y
muchos menos irremplazable. Nadie puede
exigir sin bajar
de la nube
y sentarse como
un mortal.
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