No se puede asegurar un triunfo tan solo porque todos piensan que así será. Todo en esta vida tiene un principio y un final. Hoy San Siro se vistió de gala tendiendo la alfombra roja para que pase el “mejor equipo del Mundo”. Pero hasta los mejores también caen.
Un gol con
asistencia manual de
Cristian Zapata y
una hermosa volea
de Sulley Muntari
terminaron por sepultar
los pronósticos que
todo el mundo
exponía durante los
últimos días. El tiki
taka improductivo. El Milan
espero abroquelado en su campo
e intento salir
con rápidos contraataques. Boateng y
El Sharaawy taponearon
a Jordi Alba
y a Dani
Alves. Montolivo, Ambrosini
y Muntari ahogaron
a Xavi, Iniesta y
Messi. Déjenle la pelota
a Pique y a Puyol, suficiente para estar
tranquilos. El fabuloso Barcelona
no asestó ni 2 remates
al arco defendido
por Abbiati. Hasta un
tiro a las
nubes del Dios
argentino era justificado
con una barrera
adelantada. Y quién dice
algo de la
derrota, nada de nada, porque
no se puede
criticar lo que
hasta hace algunas
horas se halagaba o
aseguraba, que el Barca
iba a limpiar
el piso con
el rossonero.
No quiero pensar
que la liga
española se ha
vuelto un calco
del torneo escoces cuando el
Celtic y el
Rangers dominaban la
competición y los
demás eran solamente
convidados de piedra. La liga de
las estrellas es
la liga de
dos equipos, ya no hay más
de aquellos peligrosos
Valencia, Celta o Deportivo la
Coruña. Hoy es todo
Madrid y Barca
y no sé
si esto es
bueno o malo.
Los dioses han
caído. Será qué son
humanos o a lo mejor
que nosotros nos
equivocamos. El estilo Chelsea
vuelve a imponerse, esto también
es fútbol por si no
se han dado
cuenta.
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