Todos hablan
de Eden Hazard
o de Thiboaut
Courtois, pero ya han
empezado a fijarse
en él. ¿Y quién
es él? Algunos le
dicen el águila plateada
y otros lo
definen como el
fino simplista. Kevin de Bruyne seguirá
en la Bundesliga
y con toda
seguridad será una
de las grandes
estrellas belgas del
futuro.
Una ventaja
es nacer bien
acompañado y otra
muy diferente ser
el único de tu
especie. Fellaini, Kompany, Van Buyten,
Benteke, son tantos y
todos muy buenos. Luminarias belgas
que inundan Europa
y que tienen
a un Kevin
de Bruyne creciendo
a pasos agigantados, alejado del
protagonismo claro está, pero
sabiendo que su
nivel se funde
perfectamente con la
expresión futbolística de esta maravillosa
camada roja.
Vertical
y
con una facilidad
para definir a
un toque. Asiste y
aparece centellante para
liquidar en el
arco contrario. El rubial
mediapunta no duda de
sus condiciones y
pese a pertenecer
al Chelsea siempre
ha mostrado su
imposición para volver
al club londinense. Moneda de
cambio al parecer, De
Bruyne ya sabe que su
destino será el
Bayer Leverkusen y
que su dueño, por
ahora, lo ha empleado
para cerrar el
fichaje del alemán
André Schürrle.
Benteke
o
Lukaku, y acompañándolos De
Bruyne. No necesita ir al
Chelsea, es mejor, pelea con
Courtois por una
novia y en
ningún momento negó su
intención por marcharse
al Borussia Dortmund. No siempre se
tiene lo que
se quiere pero
cuando hay perseverancia
se consigue lo
que se merece.
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