Casi nadie los
menciona, al fin y
al cabo la
sensación es Bélgica
y el outsider
es Croacia. Serbia está
eliminado, no jugará el
Mundial, y sin embargo, llama la
atención sobre todo
por la gran escuadra individual
que expone.
El “ic” es
una terminación propia
de los Balcanes, por
lo que cuando
leemos un nombre
con este final
decimos que pertenece
a una de
las naciones que
formaban la antigua
Yugoslavia. Bueno, del extinto
país han salido
ramificaciones importantes,
y una
es Serbia, que pese
a no tener
un presente futbolístico
envidiable puede estar
tranquilo debido a
la gran generación
que avala el
mañana.
A los Ivanovic (Chelsea), Subotic (Borussia Dortmund)
y Nastacic (Manchester City), ahora se unen
la llegada de un Dusan
Basta (Udinese) desde la
banda derecha, el temible
remate de Zdravko
Kuzmanovic (Inter) y
el poder goleador
de Alen Stevanovic (Torino). No
nos olvidemos tampoco
del zurdo Aleksander
Kolarov (Manchester City),
del expeditivo Nenad
Krsticic (Sampdoria) y
del goleador Filip
Djuricic (Heerenveen).
Tantos
nombres que ya
se ganan su
sueldo en el
exterior. Enumerarlos resultaría
extenso y como
no deseo alargarme, como decía
el buen profesor Jirafales, me despido
recordando el dribling
de Zoran Tosic (CSKA Moscú) y
pensando en qué
será de la vida del
incisivo Milos Krasic (Fenerbahce).
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