Raro apelativo
el que caracterizaba
a Christian Vieri. Extraño para
nuestras latitudes, aunque una
herencia paternal, sea el
nombre que sea, siempre
es bien recibida. Goleador de
aquellos y de
los que ya
no existen. Fue ídolo en
el Atlético de
Madrid y en
algún momento se
atrevió a decir
que la Juventus
era un club
de otro planeta.
Aun retumba la
voz del finado
Jesús Gil y Gil
anunciando la llegada
del italiano. Exagerado como
el mismo, y algunas
veces todo un boquiflojo,
pero sí de aciertos hablamos
el fichaje del
artillero italiano fue de
lo mejor
que pudo hacer
el ex mandamás
colchonero. Falcao llena las
portadas hoy en
día, pero antes un
gigante que nació
en Australia, y que
tenía un registro
de 8 goles
en 23 partidos
con la Juve, fue
la sensación de
un conjunto que
venía de conseguir
un doblete histórico y
que buscaba una
Copa de Europa
que nunca llego.
Mi memoria es insípida,
pero esas 24
anotaciones en 24 partidos son
inolvidables. Vieri era un
trotamundos, y es que
su calidad ameritaba
desembolsar el dinero que
se pagaba por
él. Cantidades y cantidades
que hicieron de
este atacante uno de
los más
costosos de su
tiempo.
Muchos han
pasado y otros
ya partieron. Después vino
la Lazio, el Inter
y el Milan, pero
esto es harina
de otro costal
que puede ser
tema para otra
charla. El Atlético
no es el
Madrid, pero también tuvo
sus galácticos y
uno de ellos
sin duda fue
el descomunal Cristian
Vieri.
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