Es fácil
hablar de favoritismos
porque la demagogia
ayuda, pero que complicado
es mencionar a
los vapuleados ya
que estos no
te permiten estar
acorde con el
pensamiento mayoritario. Dinamarca
no
jugará el Mundial
y tal parece
que a nadie
le importa esto.
Por dónde
empezaré. Algunos románticos me
sugieren hacer una introducción con
los Laudrup u Olsen, sin
embargo, los noventeros sacan
la cara por
los Schmeichel y
Poulsen. Bueno, ni uno ni
otro, prefiero ir al
grano y enumerar
a los cracks
que hoy hacen
de este seleccionado
uno de los
más potentes del
planeta.
Tres legionarios
para la portería. Stephan Andersen
del Real Betis
con la primera
opción, aunque un apellido
glorioso siempre amenaza
su continuidad. Kasper Schmeichel
no es ni
la sombra de
su padre, pero tantos
años en la
Premier le dan un plus
extra que apoyan
sus fines de
titularidad. El último en
la lista y
quizá el menos
famoso es el
guardameta del Evian
Jesper Hansen. Internacional en
casi todas las categorías,
sabe que
hacerse del arco
danés será complicado pero igualmente que
sus posibilidades siguen
intactas.
Daniel Agger (Liverpool) es
el que decide
en la retaguardia. Todo un
portento que es
un gran soporte
para el también
experimentado Simón Kjaer (Lille). Nicolai Boilesen cuenta
con varios minutos
en el Ajax
por lo que
la franja izquierda
de la nacional
ya ha dejado
la orfandad. William Kvist
del Stuttgart y
Niki Zimmling del
Mainz sostienen una
medular que suple
la imaginación por el desgaste, y
además, son los encargados
de darle el oxígeno suficiente
para que Christian
Eriksen (Tottenham) haga
de las suyas.
La ofensiva
sigue al paso de la letra
las doctrinas de
Morten Olsen. Dos extremos
con pique corto
y desborde. Michael Khron-Dehli (Celta) y el veterano Dennis Rommedahl (RKC Waalwijk) son aquellos
que alimentaran al gigante Niklas
Bendtner (Arsenal), que
ve como su
segunda etapa en
el balompié británico parece
encontrarlo con la
madurez anhelada.
Una rápida
radiografía de un
equipo que tuvo en los
italianos a su verdugo y
que al final vio
como la juventud
no se amalgamo
completamente con la experiencia.
No es
considerado un favorito, un
habitual sí, pero nadie
ni aquellos eruditos
pueden negar que
sus credenciales eran
solventes de cara
a una Copa
del Mundo que
prima el marketing
por encima del fútbol.
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