Cuando el
mercado se reapertura
hay rumores y
hay certezas. Hay debuts,
pero muy pocos
regresos. Nemanja Matic fue
moneda de cambio
para el Chelsea,
y hoy, luego de
dos años y
medio, vuelve como el
revulsivo que Mourinho busca
de cara al
final de una
campaña que todavía
tiene como platillo
de fondo la
Premier y la
Champions.
La primera
línea, la tan complicada
y vital primera
línea. Mourinho sabe que
Hazard pesa en
las cercanías del
área rival, que Lampard
le garantiza el
remate de larga
distancia y que
Ramires o Jackson
son el tanque
de oxígeno que todo
equipo requiere para
el último envión. Entonces, porqué ubicar
a David Luiz
por delante de la
defensa.
Recopilemos.
Essien se parte
el alma por
el equipo, pero no
distribuye. Obi Mikel es
un buen termómetro, pero cuando
la vehemencia lo
atrapa puede mandarse
con una salvajada
que atente contra
los intereses del
conjunto. David Luiz es
un líder. Remata los
tiros libres con
particularidad, pero jamás podrá
cumplir la función
de un Xabi
Alonso.
Nemanja Matic
ofrece lo que
Mourinho requiere. Toque,
visión e
inteligencia para sostener
los tiempos del
equipo de acuerdo a
las circunstancias del
juego. Con el serbio
la canalización del
esférico se da
por descontada, y si
a esto le añadimos la
fantasía del egipcio
Mohamed Salah (Basilea),
estamos hablando de
un equipo que
del medio hacía adelante
puede golear como
pocos pueden hacerlo
en el viejo
continente.
A tres
puntos del líder
Arsenal y con
la eliminatoria frente
al Galatasaray a
la vuelta de
la esquina, el Chelsea
reúne una oncena
que apuesta por
todo y que tiene
que ir por
todo. Si esto no sucediese así, el
egocentrismo de Mourinho
no alcanzará para
justificar un fracaso
y el dinero
de Abramovich no será
suficiente para sosegar
el cuestionamiento de
la ferviente hinchada
blue.
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