Y que
decir cuando se
presenta a un
nuevo seleccionador. Pues lo
mismo de siempre.
"Vamos a trabajar para ir al Mundial, el objetivo es el
Mundial del 2018 en Rusia, esa es la meta principal, es el objetivo de la
Federación y de nosotros".
Autor: Hernán
Darío Gómez.
Panamá tenía grandes
chances para ir
al Mundial, pero ese
maldito partido contra
los estadounidenses le dio un
nuevo aire a
los mexicanos, e hizo
que los dirigidos
por Dely Valdés se
quedaran a las puertas del
torneo brasileño.
El Bolillo Gómez
llevó a Ecuador
a su primer
mundial, aunque después no
haya hecho nada
importante. Seguramente ha revisado
la plantilla roja
y puede darse
cuenta que hay prospectos interesantes. Por ejemplo, ve
con buenos ojos
el fichaje de Roberto Chen por parte
del Málaga español. También no
rechaza la idea
de convencer a los experimentados Felipe
Baloy (Morelia) y
Blas Pérez (F.C Dallas). Y para
su beneplácito el
arquero Jaime Penedo aún
se encuentra en
un magnifico nivel, ahora
jugando para los Ángeles Galaxy.
Gabriel Torres es
un atacante que
brilló en la
Copa de Oro
y fue adquirido
por el Colorado Rapids. El defensa
Luis Henríquez milita
en el Lech
Poznan de Polonia, pero
sus 30 años
ponen en duda
su continuidad en
la nacional. Ese es
un punto que
debemos resaltar. Baloy está
a punto de
cumplir 33 años, Penedo
tiene 31, aunque en
un portero es casi
irrelevante, y Blas Pérez
también está cerca
a la edad
de Cristo.
Entonces, Hernán
Darío ha tomado
en cuenta que
se viene una
renovación generacional. No sabemos
cómo está la
liga local, aunque como
casi todas las
selecciones las herramientas
importantes se consiguen
fuera de sus
fronteras. Creo que nombres
como los de
Román Torres, defensa central
del Millonarios colombiano
y Alberto Quintero
Medina, centrocampista del Lobos
de la BUAP, deben
ser los encargados
de conducir a
la nueva hornada
que nutrirá al
equipo confeccionado por
el Bolillo.
Las cosas están
claras. Hay que empezar de
cero y no
caer en entusiasmos
desmedidos. Lógico que el
Mundial 2018 debe
ser el objetivo, pero igualmente
hay que reconocer
la superioridad de
los vecinos costarricenses y hondureños,
hasta de
los mexicanos, cuyos jugadores
están acostumbrados a los grandes
partidos y a
la presión que
conlleva clasificar a
un Mundial.
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