Un empate como local y se pone en tela de juicio un proceso. Escocia
empató con Lituania en Glasgow y se ha dicho de todo, pero lo cierto es que
toda renovación requiere de un sacrificio y quizá esto tenga mucho que ver con
este inicio de las eliminatorias.
Sorprendió no ver a muchos históricos, o mejor dicho, a ciertos
jugadores que tenían ganado un puesto dentro del equipo. Escocia no ha
cambiado, al menos en lo táctico, pero los autores son otros. Quizá los únicos
sobrevivientes son Darren Fletcher (West Bromwich) y Gran Hanley (Newcastle),
lideres ambos y los llamados a ser las guías para la nueva generación que ya
pisa fuerte en el vestuario escoces.
“Hemos hecho algún que otro cambio y vemos que en la plantilla hay
muchos jugadores jóvenes. Si tienen el nivel, nos quedaremos con ellos,
saltándonos los equipos sub 19 y sub 21”.
Palabras del técnico Gordon Strachan que deja muy claro cuál es el
camino que adoptará la Tartan Army de cara al futuro. Es verdad esto de la
renovación no por algo contra los lituanos alinearon desde un inicio Oliver
Burke (Leipzig) y Chris Martin (Derby County), dos jugadores que tienen un
presente distinto. El primero recién empieza internacionalmente, el segundo
también aunque con 28 años dando sus primeros pasos con la camiseta azul
profundo. En la medular se supone que Barry Bannan (Sheffield Wednesday) debía
imponer su manejo del esférico, ojo, la función del ex jugador Aston Villa es
asistir, pero cuando puede se descuelga para poder poner en práctica el remate
desde fuera del área. Lituania presionaba al rubio volante que solo tenía que
lateralizar el juego. Otro de los puntos fuertes del equipo es el movedizo
Robert Snodgrass (HullCity), un jugador que se recoge, toca, acelera, aparece
por el centro, y desborda con velocidad. En otras palabras es el único capaz de
cambiarle el ritmo a un conjunto vertical y que con pases largos busca el
pivoteo de Oliver Burke.
En general Escocia trata de mover el balón de forma rápida, pero esta
rotación debe concluir con un centro aéreo buscando la cabeza de Chris Martin. Otra
de las armas ofensivas de este equipo son los potentes saques de lateral de Callum
Paterson (Hearts), marcador derecho que no necesita llegar a la última línea
para ejecutar un pase en profundidad sin mucha precisión dicho sea de paso. Matt
Ritchie (Newcastle) es otro jugador que aporta velocidad, no es tan
participativo como Snodgrass, sin embargo, hace la diagonal ganándole la
espalda al lateral derecho rival.
“Lo más importante cuando un jugador tiene entre 19 y 21 años es
asegurarse de que juega muchos partidos, y eso es lo que quiero ver, que mis
jugadores jóvenes tengan continuidad y jueguen encuentros”.
Así de enfático ha sido Gordon Strachan y pienso que este proceso puede
traer sus frutos. Ya se ha visto que esta receta ha empezado a florecer en la
selección galesa y pese al empate ante Lituania la impresión dejada por el
cuadro escoces ha sido interesante. De todas formas, el no participar en un
Mundial desde 1998 puede ser un peso que termine por echar abajo las buenas intenciones
del ex jugador del Manchester United.
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