Entre reuniones y euros se llegan a un acuerdo. Desde París el dinero fresco brota como un geiser, no con el descontrol de un Chelsea de antaño, pero si con filosofía de comprar y comprar para hacerse notar e intentar acariciar el triunfo. En Milán se aburrieron de esperar por Tevez y en Portugal recibieron a Lucho; un Pizarro llegó a Manchester y el “Cholo” ha tenido un más que trascendente inicio en el Manzanares.
Desaforado de la Europa League, el Paris Saint Germain decidió reforzar un equipo que ya había sido sensación a comienzos de temporada. Para ello los parisinos se aseguraron los servicios de Carlo Ancelotti para la conducción. El técnico italiano inmediatamente trabajo para la llegada de los brasileños Alex y Maxwell, el primero como para motivar a Lugano y Camara, mientras que el ex barcelonista para darle una mayor salida por la izquierda. Abortada la operación Tevez, el aterrizaje de Thiago Motta ha sido bastante aplaudida porque su tándem con Momo Sissoko acoraza el mediocampo capitalino.
Tres partidos y nueve puntos. Diego Simeone le dio al Atlético de Madrid el primer empujón en busca de ese cupo a alguna copa europea. El Milan se cansó de esperar por Carlos Tevez y se inclinó por Maxi López, atacante del Catania. El volante chileno David Pizarro fue cedido al Manchester City y el maduro Hernán Crespo se marchó al fútbol de la India.
Lucho González volvió al Porto para ayudarlo a desatar la disputa de la liga con el Benfica. Y para finalizar, no podemos dejar de mencionar el regreso en el anonimato del delantero uruguayo Santiago Silva al balompié argentino. El gruñón ariete de la Fiorentina pasó inadvertido en el Calcio y aprovechó para subirse al avión que conducía a Pablo Ledesma a Boca Juniors.
Empresarios, dirigentes y más reuniones. Todo sea por ganar, por clasificar o tan solo por no descender.
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