Lo desconocido resulta poco atractivo. Túnez espera a la selección peruana con un contingente de jugadores desarrollados, varios de ellos con muchos vivencias en el viejo continente y otros con largo recorrido en las competencias africanas.
Los dirigidos por Sami Trabelsi son un conjunto algo liviano en defensa, que gusta presionar a partir de ¾ de campo y muy solidario cuando se trata de recuperar la posesión del esférico. Una línea de 4 compuesta por Bilel Iffa (Club Africain), Karim Haggui (Hannover 96), Aymen Abdennour (Toulouse) y Ammar Jemal (Colonia). Existe cierta deficiencia en la anticipación por parte de los centrales y una gotera muy notoria en el medio, pese al sacrificio de Yassine Chikhaoui (Zúrich) y de Sami Allaghi (Mainz) que abandona su ubicación de atacante para replegarse y transformarse en un extremo derecho con funciones mixtas.
Karim Haggui
Khaled Korbi (ES Tunis) y Mejdi Traoui (ES Tunis) hacen lo posible por contener, pero como el equipo es largo la parcela que tienen que recorrer es demasiado para ellos. Zouhaier Dhaouadi abierto por la izquierda y Saber Khelifa (Evian – Fra) como la única referencia en la ofensiva completan un conjunto que tiene en Aymen Mathlouthi un arquero de grandes y envidiables reflejos.
Jugadores técnicos y de poca reacción en las divididas, que juegan pero dejan jugar, rival como para un debut o como para maquillar un mal momento. En otras palabras el contrincante ideal para el Perú.



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