Para cambiar
hay que tener
voluntad y para
cambiar no hay
que temer al
error. Escocia ha iniciado
una revolución futbolística
que se basa
en la experiencia
de sus legionarios
y en abandonar el típico
fútbol
británico que tantas
alegrías y decepciones
le ha otorgado.
Gordon Strachan
es quizá uno de las
últimas figuras que
surgió de la
magnífica generación escocesa
de finales de
los 70 y
principios de los
80. Técnico y escurridizo, su filosofía
no es adepta
al Kick and
Rush, aunque sabe que
zafarse de un
estilo no pende
únicamente de la
performance de la
selección. Y ponerle
las cosas difíciles
al campeón del
mundo es un
aliciente, más no un
punto de quiebre
en el camino
que se inició
con la no
participación en el
Mundial y que
hoy se proyecta
hacia Rusia 2018.
Primero había
que repatriar a los instalados
en Inglaterra. Así es, porque
el jugador escoces
siempre ha tenido
en el reino
su vitrina predilecta, es por
eso que no
sorprende ver a
la nueva “Tartan
Army” conformada por
legionarios venidos de la Premier
League. Existen hitos dentro
del conjunto y
estos se inician
con el arquero
David Marschall, un viejo
conocido de la
afición del Celtic, pero
que hoy se
desempeña como cancerbero
del Cardiff City. En otras
palabras, no juega para
un inglés sino
para un equipo
galés.
El único
sobreviviente de la
zaga es el
ya no prometedor
Alan Hutton (Aston Villa), un
lateral muy ofensivo
que de vez
en cuando se
manda con algún
error inverosímil. Grant Hanley
(Blackburn Rovers) y
Russel Martin (Norwich
City) son dos
centrales de los cuales no
tengo referencia alguna, por
lo que emitir
una opinión certera
sería una irresponsabilidad de mi
parte. Steven Gordon Whittaker, más escoces
que esto no
hay. El lateral del Norwich
City es otro
de los indiscutibles
de un equipo
ordenado, pero carente de
imaginación.
Darren Fletcher
del Manchester United
es la gran
estrella de este
equipo. Recién saliendo de
un problema de
salud, el mediocampista es consciente que
su nivel no
es el mismo
que el de
sus principios. Charlie Mulgrew
(Celtic) ensucia o
rompe los intentos
ofensivos del rival
y el “inglés”
James Morrison es
un apoyo constante
para una delantera
rápida y vertical, pero nada
más que eso. La gran
revelación de este
equipo es sin
duda el desequilibrante Ikechi
Anya. Un anónimo que
se destapó poniendo
en ridículo al
experimentado Jerome Boateng
y que ya
es uno de los jugadores
a tener en cuenta en el venidero
mercado de invierno. Estoy seguro
que el Watford
City hará caja
con el nacido
en Glasgow. Adelante hay
que soportar al molestoso
Steven Naismith (Everton). Un delantero
que las corre
todas y que
a veces sorprende
con alguna acción
individual para crearse
el espacio y
definir.
Escocia
intenta
independizarse del Reino
Unido. En tiempos de referéndum
y
de futuros, hay algo
más que la
historia contempla y que el
presente no toma
en cuenta, un estilo
y todo un
camino que hizo
de azul profundo
de Prusia la
principal cantera del balompié
inglés. Escocia busca
su independencia, sin embargo, pienso que
a veces divorciarse
es seguir atado
para siempre.
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