jueves, 21 de abril de 2016

Fiorentina o Florencia



Soñaba con emoción y confusión. Porque entre las imágenes extrañas existen imágenes normales; ¿será el subconsciente o serán los anhelos?

Combinándose el deseo de triunfo para un compatriota y la ilusión de ver el nombre del Perú en las marquesinas; me dispuse a ver el enfrentamiento entre el histórico Bayern y el siempre prometedor Fiorentina. Artística tierra de Da Vinci, Florencia fungía de anfitrión para un choque algo salpicado por el escandaloso gol anotado por los bávaros en el partido de ida y reafirmado por el inefable Tom Hening  Ovrebo.

Cesare Prandelli puso lo mejor que tenia, “perdón señor Mutu”. Con un Frey en la portería, inusual historia del francés, por qué será que Lemerre , Santini y Domenech nunca lo tomaron en cuenta para la nacional. Per Kloldrup como líder defensivo, ojo con Dinamarca en el Mundial, hay que añadir a Danny Agger (Liverpool), Niclas Betdner (Arsenal) y a Niclas Jensen (Werder Bremen) entre otros. Interesante, muy interesante.


El 1-4-2-3-1 de los violetas tiene en el ex Udinese Felipe y en el “loco” Juan Vargas su arma mejor cargada. Franja izquierda explosiva y dañina. Me pregunto ¿Cuál será el remate mas potente, el del ex jugador del Colon de St Fe o el del noruego John Arne Riise?. Típico choque de Champions , el local abriendo la cancha con Marchisio y Vargas, dos flechas, correcto, pero de insípida vocación para la marca.

Como tener en las bandas tu fusil y a la vez tu talón de Aquiles. Cual Goliat descubierta la frente, dos  pedradas dirigidas desde Múnich, ángulo bajo y superior derecho para asesinar una ilusión mas que una razón. ¿Dónde estaba Montolivo y Zanetti en el disparo de Van Bommel? Y como no cerrarle su perfil izquierdo a Robben sabiendo que es el que mejor emplea. Esta de más las quejas, porque lo hecho por los alemanes el martes borró, si alguna duda había, lo sucedido en campos teutones. Pero no olvidemos tampoco que el gol validado por el buen Ovrebo le dio la clasificación a los de Van Gaal.


Era el subconsciente que encierra nuestros secretos y no necesariamente nuestros anhelos, porque una  cosa es ocultar algo y otra muy diferente desearlo.

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