Fue
hace 2 años aunque parece como si fuera ayer. Que trillada frase la mía, sin
embargo, una final entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid aborda mucho más
que una revancha, reúne rivalidad, pasión, y sobre todo, el deseo de seguir
extendiendo una historia o las ganas de empezar una.
Jugador
por jugador podemos decir lo que la mayoría dice, que el cuadro de Zidane es
superior. Es cierto también que en el instante que el partido debe
desequilibrarse el cuadro merengue consta de mayores posibilidades. Además, el
Atlético ya demostró en la final del 2015 que basta solo un error para echar
por tierra lo trabajado durante 90 minutos. Entonces, el colchonero tiene que
hacer un partido defensivamente ideal y también golpear en el momento justo.
Ahora, es normal recordar que estilos como el que profesa en cuadro de Simeone
no han alcanzado el éxito esperado, sino basta con mirar lo sucedido con Hector
Cuper y el Valencia a principios de siglo. Sin embargo, en contraparte podemos
decir que el Chelsea con un perfil especulativo logró consagrarse campeón en el
2012. Bueno, quizá la diferencia era que el conjunto dirigido en ese entonces
por Roberto Di Matteo tenía adelante a un Didier Drogba completamente
intratable.
Pero
volvamos al tema de los finalistas de la Champions. Primero, el Atlético tiene
el espíritu de quien se sabe humilde y que no ha saciado ese apetito
triunfador, aunque en detrimento de los rojiblancos podemos decir que para este
tipo de choques no cuenta con revulsivos en el banquillo que puedan cambiar el
rumbo de una final. Está claro que Saul Ñiguez no es Messi y que Fernando
Torres no ha vuelto a ser ese goleador que disfrutó el Liverpool, pero por otra
parte debemos mencionar algo en lo que muchos coinciden y es que el cuadro de
manzanares es más peligroso sin el balón que con la posesión de este. La clave
está en evitar que el Madrid conecte con sus organizadores, es decir Modric y
Kroos y después tratar de recuperar el balón y tomar al rival mal parado en
defensa. El Atlético no va a salir a dominar el balón, pero la pregunta es, qué
harán si el equipo merengue se pone adelante en el marcador, sería una situación
muy complicada para los de Simeone, sin olvidarnos que en una final no existe el
gol de visitante. Ojo con eso.
Vuelve
el Real a partir como favorito. Su historia lo dice y su plantilla lo refuerza.
Zidane no es un erudito del banquillo, sin embargo, ha conseguido equilibrar el
equipo gracias al aporte de Casemiro. Además, ha tenido la suerte que las
lesiones no hayan mermado su oncena. James Rodríguez ha decepcionado, pero hay
puntos altos como el trabajo de Modric y los goles de Cristiano Ronaldo.
Casi
se puede predecir cómo será la final de la Champions. Quizá estemos hablando de
un monologo constante por parte del Real, aunque estoy seguro que el Atlético
también tendrá sus oportunidades. La UEFA seguirá intentando su final soñada,
tal vez algún día se dará, pero cualquiera sea el resultado debemos agradecer
al conjunto dirigido por Simeone puesto que dentro de su humildad ha sabido
hacerse grande a base de esfuerzo y pundonor, y lo de Levante solo es un tropiezo que cuesta una liga, pero que no minimiza lo que han hecho este puñado de guerreros. Muchas gracias por eso.
0 comentarios :
Publicar un comentario