Filosofía clara y manera ideal de ver el fútbol. Diego Simeone se
refierío así sobre las opiniones vertidas por Xavi Hernández por el juego
defensivo que plantea el Atlético de Madrid. Las cosas están claras, el
conjunto del “cholo” busca conseguir los resultados imponiendo su estilo. Esto
también es fútbol.
Se cargó al Barcelona sin darle tregua a Messi, Neymar y Suárez. Puede
vender a sus principales figuras y seguir esa senda que tanto éxito le ha dado.
Recuperaron al “niño” Torres e hicieron de Antoine Griezmann un crack de talla
mundial. La banda rojiblanca está a minutos de cobrarse la revancha del 74
cuando el Bayern Munich terminó con sus aspiraciones de conseguir la ansiada
Copa de Europa. No es que una semifinal puede borrar el dolor de perder una
final, pero apear al principal candidato de todos significa marcar un
precedente beneficioso para ese fútbol al que muchos consideran especulativo.
“Respeto todas las opiniones pero lo importante es ganar”.
Es muy evidente lo que Simeone trata de inculcarles a sus jugadores. Primero,
establecer ese espíritu de lucha que él mismo expresaba en sus épocas de jugador.
Aparte de ello primar la perfección táctica por encima de la estética, aunque
dicho sea de paso para muchos entre los que me incluyo está forma de practicar
el fútbol también es hermosa para la vista y para la agilidad mental.
Otra cosa que hay que destacar en Simeone es su capacidad para fichar
barato y comprar caro. Acaso no es cierto que Griezmann es el jugador más
deseado del balompié europeo y por el que el Manchester United está ofreciendo 82
millones de euros, a sabiendas que solo le costó al Atlético 30 millones. Miranda
le dejó a las arcas colchoneras 15 millones de euros, mientras que Arda Turan
facturó más de 30 millones por su traspaso al Barcelona. Es decir, estamos
hablando de un equipo que recupera sus inversiones y que además consigue
resultados.
A menos de una hora del partido y con toda la actitud necesaria para
afrontar el choque contra el Bayern, los colchoneros vuelven a reavivar sus
esperanzas de alcanzar una nueva final europea. Sería la tercera, y por
supuesto, cabalísticamente sería la vencida. Eso espera Simeone y los suyos
puesto que otros rozaron también el éxito, pero precisamente por ello se
perdieron en el tiempo y el olvido.
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