viernes, 23 de julio de 2010

Manchester United y tu recuerdo

Intento creer y no hacerlo y al corroborarlo lo desapruebo. Inverosímil felicidad que calla y otorga o veraz fantasía que obsequia y arrebata.

El desprendimiento de una acción o el fragmento de una situación. Un solo instante o un eterno momento; alcanzando la dicha o rozando el temor.




La emoción inhibida o publicada ; era un mayo de 1999 que ya casi borroso se divisa, aunque generosa la existencia rememora un milagro , de aquellos que poco se ven y menos se creen.

En reconstrucción el hogar, aun se hablaba de la remontada en Turín, con un Manchester sobreponiéndose ante una Juventus que buscaba su cuarta final consecutiva de Copa de Europa.


Un United con un portentoso Peter Schmeichel en la portería, el monolítico Jaap Stam como primer central, bien arropado por supuesto por el noruego Ronny Johnsen y dejando las franjas para el internacional Gary Neville y para el irlandés Dennis Irwin.

El glamuroso David Beckham por la derecha; Roy Keane y Paul Scholes como volantes centrales – importantes pilares con remate , gol y corte. Punto aparte para la entonces bala mas peligrosa de Old Trafford y hoy la leyenda viva del “rojo” el gales Ryan Giggs.


Paso al costado de Eric Cantona, paso adelante para Dwight Yorke (ya estoy parafraseando al arquitecto Belaunde), si, el trinitario de la sonrisa inextinguible, el complemento ideal del implacable Andy Cole.

Incrédulo y resignado, ausente el irascible R.Keane y el colorado Scholes. Los de Ferguson cara a cara contra el mítico Bayern Múnich de Mathaus, Effenberg, Kuffour y Kahn. Viejas glorias evocando desagradables tragedias.

Nicky Butt hacia lo que podía, Giggs perdido sobre la derecha, Blomqvist arrastrando su mala fortuna italiana y Basler anotando la diferencia y sucumbiendo ante la bohemia.



Los alimentos congelados, la esperanza apeada, contando el desenlace y obnubilado por el milagro. Sheringham y la primera puñalada, aturdido por el destino o la suerte Solskjaer torció el camino y con los ojos enrojecidos comenzó el reino del llanto y del suplicio.

Nada mas que decir, nada mas que hacer, esperando tu bendición o dejándome guiar por el corazón.

No lo se o no quiero saberlo.

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