El azulón contra el verdón

Post-onomástico o pre-aniversario, debería decantarme, sin embargo, prefiero embriagarme. Porque mejor ¡salud! Por un brindis que por un estornudo.

La gratitud se impone o la amistad propone. Inmisericorde narrativa la mía que se sale con la suya, porque la tuya no la menciono ya que ofensas no deseo.



Fin de semana en trámite, sosegado y sensato, con favoritismo pero sin optimismo, aunque un Bremen lo intenta y un Hoffenheim lo concreta.

Un “azulón” que sorprende gratamente, con su línea de 4 al fondo, liderado por un Josip Simunic quemando sus últimos cartuchos –parafraseando a Bolognesi- siendo la vejez futbolística la juventud cronológica.

Peligro en las bandas con el desprendimiento constante de Beck y Komper, con capacidad en las paredes y con la confianza de verse respaldados por Luis Gustavo ,emperador no, uno de los tantos brasileños anónimos.

Weiss y Salihovic forman un triangulo junto al carioca mencionado, geométrica apreciación la mía, detallando las llegadas del triunvirato, ¿a tiempo? Por supuesto, al menos hoy; caramba, porque recordar esos inicios grandiosos y finales discretos.



Tridente que invita, con el Demba Ba por la izquierda, nominalmente hablando. Directo desde Múnich Mlapa por la diestra y completando el trió “el amuleto” Ibisevic.

Movilidad y rapidez, diagonales hacia adentro por parte de los extremos y sobre todo efectividad, que cuando se viste de gala hasta sobran las segundas partes.

Las obligaciones llaman, cuando diré que las pasiones claman, porque agobiante hacer lo que no agrada, delicioso hacer lo que nos gusta.

Tiempo al tiempo.

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