Es bien sabido que Perú no suele ganar de visitante. Esto nada tiene ver con la percepción del partido que se avecina. Todo lo contrario, puesto que los avances que experimenta la blanquirroja en los últimos tiempos son reconocidos, pero el asunto esta es que si estos serán suficientes.
Hay que protegerse muy bien. Para esto debemos en primer término hallar nuestras deficiencias. La más preponderante es el ocioso juego aéreo que poseemos, situación que va en detrimento, ya que los ecuatorianos suelen trabajar las bandas para culminar en el centro medido. Ya sea para la cabeza de los delanteros o la llegada de Cristian Suarez por el segundo palo.
Es imperativo jugar con 3 volantes centrales. ¿Cuál es la razón? Muy simple. Vargas y Farfán no tienen marca, lo que conlleva a imaginar que los laterales serán Revoredo y Vilchez. Estos a su vez deben tener el apoyo constante de los jugadores de primera línea, para no sacrificar en las coberturas a los centrales nacionales.
En su defecto se exigirá un mayor desgaste en la marca por parte de Claudio Pizarro (Werder Bremen). Pero principalmente de Jefferson Farfán (Schalke 04), ya que la subida de Walter Ayoví (Monterrey) es mucho más prolija que la del poco ortodoxo Gabriel Achilier (Emelec).
En conclusión, Ecuador intentara presionar desde un comienzo, sentirá de todas formas la ausencia de Cristian Noboa, tomando un mayor protagonismo el ex Alianza Lima, Luis Saritama. Además, recostara su ofensiva por el lado de Antonio Valencia, y cuidado con Jefferson Montero (Betis) y sus incursiones individuales por la izquierda.
La excursión a Quito no está exenta de contratiempos balompédicos. Que Perú no gana de visitante es una realidad, pero el no aprender de lo sucedido en Santiago si sería una tontería.
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