Las frases motivan pero no solucionan. Universitario de Deportes atraviesa una complicadísima situación donde se juntan no solo la carencia de recursos económicos, sino también el apetito desmedido de algunos dirigentes cuyo proceder entorpece la cada vez tan lejana solución.
Pedir posponer el inicio del torneo ha llegada al techo de la ridiculez. Aunque caer en la desesperación suele hacernos cometer actos poco cuerdos nada justifica el atentar contra los intereses de clubes de un andar responsable y atinado. Disputarse el control del club a punta de pistola o de invasiones tampoco es la forma de conciliar y hallar el mejor camino para tan delicada enfermedad, y que decir de una pretemporada informal e incómoda y de una pago que parece nunca llegar. Cómo se puede contratar a Miguel Ximenez, Horacio Calcaterra y Walter Fretes cuando no hay dinero para pagarles, es eso inteligente.
En parte todo esto es lógico. Acaso Guinea va a saldar las cuentas de Pacheco o financiará un equipo que no es su creación. Eso se da por descontado, como también es imposible creer en la palabra de un suspendido presidente de quien se dice que por amistades indestructibles con el jefe de la Federación aún sigue comandando la crema.
No hay dinero y por más teletones que se realicen no alcanza para cubrir los desniveles numéricos de una institución considerada la mejor del Perú, al menos eso dice la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol que la ubica en el puesto 182 en una lista de 400 equipos. Creo que muchos se preguntan con qué criterio se confeccionan este tipo de rankings y si al hacerlos se toman en cuenta la condición general de una organización.
La verdad es que en los próximos meses existen dos opciones; se mantiene el respirador artificial o se aplica la eutanasia.
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