Tanto bregar y
siempre mirar el
podio desde abajo. Holanda ha
estado tan cerca
que pudo olfatear
el triunfo, pero finalmente
solo se quedó en
eso, saborearlo más no
consumirlo.
Encuadrada en el
grupo “B”, Holanda dispone de
las armas necesarias
para dañar a
cuanto oponente se
le atraviese. Una oncena
que amalgama experiencia (Van Bommel, Heitinga, De Jong) y lozanía (Afellay, Vurnon Anita). Jugadores curtidos
en las mejores
ligas europeas y
que hoy se
dan el beneplácito de
moverse con soltura y
de memoria.
Marten Stekelenburg
es el referente
de una zaga
que todavía conserva
al “Caníbal” Boulahrouz (Sttutgart) como pieza
inamovible. El polivalente Johnny
Heitinga (Everton) y
el ducho Joris Mathijsen (Málaga)
son los componentes
que completan el último
bastión
antes de tocar
las puertas del
arquero de la
Roma. Batiéndose en duelos
mortales, Nigel de Jong
(Manchester City) desahoga
al milanista Van
Bommel para que
este sea el
perfecto comodín para
los pensadores Van der Vart (Tottenham) y Snejder (Inter). Escuela de goleadores,
Van Marwijk descansa
a sus anchas
gracias a los
goles de Van
Pierse (Arsenal) y de Klas
Jan Huntelaar (Schalke 04),
sin olvidarnos por supuesto del
cada vez más
añejo Dirk Kuyt (Liverpool).
Holanda rebosa
de calidad y
conocimiento. Muchos piensan que
es la hora
o ha llegado
el momento. Muchos piensan
en algo y
a veces se
quedan en nada. Los títulos
se ganan, nunca se
merecen.
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