Han sido tantas
veces que hasta
la memoria me suele
jugar una mala
pasada. A puertas de
una nueva final
de Champions League, sería muy sencillo
hablar de las
bondades de un
practico Chelsea y de un
sólido Bayern Múnich. Caería en
el facilismo con
tan solo mencionar
el desequilibrio de
Robben y la
efectividad de Drogba. No, sin duda
que no he venido para eso.
Los años y
las oportunidades me
dieron la posibilidad
de ver muchas
finales. Choques emocionantes, pragmáticos
y
en algunas ocasiones
con desenlaces inesperados. Ya no
recuerdo cuál fue
la primera de
todas. Tal vez la
que se definió
con la guapeada
de Kluivert para
defenestrar al Milan
de Capello (1995), que
un año antes
había terminado con la hegemonía
del
Barcelona de Johan
Cruyff. A lo mejor la extraña
consagración del Estrella
Roja de Belgrado (1991), cuando por
penales dejó en
la cuneta al
Marsella de Papin, Abedi
Pele y Basile
Boli.
Pero si hablamos
de emociones ninguna
como la del
99. Minutos adicionales y
el Manchester United
revertía un resultado
que consagraba al Bayern
Múnich. Tal vez como
tratando de hacer
justicia respecto a
lo sucedido en
1972 cuando los muniqueses en
un escandaloso partido
se impusieron al
Leeds United de
los escoceses Joe
Jordan, Peter Lorimer y
Willie Bremmer.
Tantas
finales que ya
las imágenes borrosas
empiezan a bombardearme. Tiro libre
de Ronald Koeman
y el Barca
por fin consigue
su primera “Orejona”. Corria el
año 1992 y
solo un disparo
del holandés pudo derrotar
a la fabulosa
Sampdoria de Gianlucca
Vialli, Pietro Vierchowood y
Roberto Mancini. Y después
vinieron la séptima, octava y
novena del Madrid. Más tarde
el dominio barcelonista, antes el
regreso del Liverpool
y la remontada
de Atenas (2005), y como
olvidar el gol
de taco de
Madjer (1987), y los goles
de Dalglish, y la
orquesta de Di ‘Stefano, y el Milan de
Sacchi, y el Celtic
de Johnstone, y el
Inter de Helenio
Herrera, y el Benfica
de Eusebio.
Entre
reflexión y reflexión, otra final
nos convoca. De favoritismos
no hablo, de conveniencias
tampoco. Los recuerdos me
inundan y las alegrías
me
invaden. Bien dicen que
estas son experiencias, bien dicen
que esto es vivir.
0 comentarios :
Publicar un comentario