El alcohol te hace perder tiempo, pareja, respeto, reputación y cordura. Recuerdo a un rechoncho creador. A un extraño jugador. Lo recuerdo como si fuera hoy y prefiero recordarlo tal y como fue ayer.
Paul Gascoigne ha recaído nuevamente
en un vicio
que lo persigue
con premura. Con un
problema que lo
ha destruido y
que hoy lo
lleva a los
Estados Unidos para
buscar un tratamiento
que lo salve
de este flagelo
adictivo.
Que puedo decir
cuando me preguntan
sobre Gascoigne. Tal vez
que aún tengo en
la retina aquel
golazo contra Escocia
en la Euro 96. Pero tal
afirmación puede ser
retada por la
memoria que refleja
sutilmente sus días
en el desaparecido
Glasgow Rangers.
No lo sé. A lo
mejor recordarlo como
las imágenes lo
reviven. O quizá traerlo
a un presente
dejando de lado
las copas de
licor y tan
solo acariciando y
bebiendo las Copas que tienen
valor. El fútbol crea sentimientos,
pero principalmente, el fútbol
genera lazos.
Fuerza Paul.
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