Algunos se negaban
a reconocerlo, y no
lo digo por
lo sucedido contra el
Milan en la
Champions League, lo menciono
por lo que
el Chelsea hizo
la temporada anterior
contra los invencibles
catalanes.
Ahora se pueden
dar cuenta que Messi
no debio ser
el Balón de Oro,
que porque resultados
como contra el
Celtic en Glasgow
no eran casualidad sino
el preámbulo de
una caída que
hoy el Madrid
termino por confirmar. Esto no
es nada raro, ya
hemos visto grandes
equipos caer estrepitosamente, pero lo
sucedido con el
Barcelona pasa más
por unas desmedidas
alabanzas a un
conjunto que tarde
o temprano iba
a morder el
polvo de la
derrota.
De qué sirve
tocar y tocar
el esférico y
no hacer nada. De qué
sirve mantener la
posesión del balón
y nunca rematar
al arco. Hoy el
Madrid ha perdonado
a un equipo
que dio pena
en el Camp
Nou, que no tiene
más variantes que
el toque constante, las paredes
fulminantes y las
apiladas de un
Messi que todavía
le falta comerse
una fatídica lesión
así como lo
hicieron todos los
grandes jugadores.
Puyol se comió
la vergüenza en
el segundo gol
y creo que
por su trayectoria
no lo merecía. Pinto fue un espectador
confiado en que
alguien bloquearía el cabezazo de
Varane, y Fabregas, ya no
es ese meticuloso
y preciso volante
que llevaba las
riendas del Arsenal.
Seguramente ganaras
la liga y
lo harás holgadamente. Pero como
dicen cualquiera lo
hace cuando a nivel
local nadie marca. Tuvo su
momento y con
algunas cosas raras, pero
todo tiene un
final y hoy
el Madrid puso
la primera firma
a la hoja
de liquidación azulgrana.
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