Hay episodios vergonzosos
de los cuales
los protagonistas prefieren
no decir nada. Situaciones dolosas
que es mejor
hacerlas pasar como anécdotas
y
no como lo que
son, actos sospechosos.
Hace casi un
año el sueño
de los mandamases
de la UEFA
no se cumplió, una final inédita
entre
el Real Madrid y
Barcelona. Al fin y
al cabo el fútbol español
domina el mundo, que
mejor final de
temporada que el
clásico hispano disputando
la famosa Champions
League.
Pero no contaban
estos organizadores con un
Drogba intratable y
un Chelsea muy
táctico que maniataron
al Barcelona. Tampoco creían
que un histórico Bayern
pudiera eliminar al
Madrid en el
propio Bernabéu.
Pero al igual
que el fútbol
te da revanchas también
te da nuevas
oportunidades. Lo sucedido hace
2 días en
Old Trafford fue
otra perla de un digno
heredero del nefasto
Tom Henning Ovrebo. No fue
tan escandaloso como
lo que paso
en Stamford Bridge
pero la expulsión
de Nani fue
exagerada y cambio
el rumbo de
un partido que
se manchó después
de este suceso.
Ya basta de
manipulaciones y juegos
por debajo de
la mesa, si quieren
una final arreglada
no ensucien un
torneo prestigioso y
lo conviertan en
una vil y
reprochable patraña.
Hay deseos que
pueden ser cumplidos, hay caprichos
que deben ser
desechados.
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