Recordar es volver
a vivir, no es
cierto, recordar es darle
valor a quien
el tiempo ha hecho
parte del olvido. Brolin, Dahlin, Bjorklund y
el “loco” Thomas
Ravelli. Año 1994, fue hace
tanto pero lo
siento tan cerca.
Me agrada muchísimo
la selección sueca, siempre tan pragmática
y
gélida, siempre con su fútbol
táctico y sus
esquemas verticales. Thomas Ravelli
y su fidelidad
al IFK Goteborg. Patrick Andersson
y su caudillaje,
y el indestructible Roland
Nilsson como amo
y señor de
la franja derecha. Jonas Thern
barriendo todo en
el mediocampo, Klas Ingesson
y su aspecto
terrorífico, y el maravilloso
Thomas Brolin y
su mareada celebración. Disculpen,
no fue
mi intención olvidarme
del lanzador Stefan
Schwarz. Un obelisco como referencia, Kenneth “El
buey” Andersson, y un lunar entre
tanto blanquiñoso, Martin Dahlin
y su apetito por
el gol.
El tiempo pasa
cuando uno quiere
que lo haga. La memoria
olvida cuando la
ingratitud empieza a gobernarnos.
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