Dicen que
por la mejoría
hasta la casa
se dejaría. Su hogar
era Nápoles, el lugar donde
consiguió lo que
buscaba y donde
logró lo que
deseaba. Walter Mazzarri
había cumplido un
ciclo y cuando
el Calcio es
el objetivo es mejor
aliarse a un
grande y no a un
mediano.
La actualidad
del Inter no es tentadora
aunque sí muy
apropiada para cimentar
un promisorio futuro. Sin
participación internacional y con una
plantilla confundida tras
la etapa Stramaccioni, todo señala
que el tiempo
y las carencias
de responsabilidades le
permitirán al ex
técnico de la
Sampdoria infundir su
filosofía y sus automatismos futbolísticos.
Mazzarri sabe
que el material
está a su
alcance. No se preocupa
por el arco
ya que Handanovic
otorga seguridad. Pereira y
Nagatomo cubren las
bandas, sin embargo, no se
descarta algún fichaje
para desempeñar esta
labor. Guarín ha sido
un aporte importante, Gargano es un viejo
conocido de don
Walter, y todos esperan
por la recuperación
de Zanetti y
Milito para reforzar
un equipo que
ha tenido en
Rodrigo Palacio a
su principal elemento.
Una Copa
Italia y un subcampeonato de
liga. Cinco años productivos
que hicieron del
Napoli un animador
y un nuevo
invitado de la
Champions. Hoy los retos
son diferentes, los colores
son distintos y
los sueños son
más grandes. El camino
de Mazzarri está
trazado pero el
resultado es el
que guiará su
destino.
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