Qué pasa
cuando lo intentas
varias veces y
nunca lo consigues. Perdió con el
Porto y
con el Chelsea. Continua la maldición
de Guttman o tan solo
es una cuestión
fortuita propia de
un juego donde
el resultado es
incierto. Llorar, lamentarse, o
ser digno de
la compasión mundial. El
Benfica sigue en lo suyo, comiéndose más
frustraciones.
Cardozo anota
el empate e
inmediatamente se acalambra. Deducimos que era
tal la tensión
que hasta la
alegría se vio interrumpida
por una reacción
corporal inesperada. Jorge Jesús
cae fulminado tras
ver como el
Porto le roba
un clásico que
vale una liga, y
habla de una
punta de suerte
tras caer ante
el Chelsea hace
unos días.
El hincha
lo sufrió en
Ámsterdam. Cada lagrima o
cada grito era
una gota más
para una desgarradora
verdad, el Benfica nuevamente
cayó derrotado, y no solo
eso, sino que es tal el
trauma que aún
después de muerto
Bela Guttman sigue
siendo protagonista de
las fantasías y
pesadillas del club
lisboeta. Qué curioso,
depender de la
suerte para conseguir
algo.
De que
vale decir que
fuiste mejor o que
lo merecías. De qué
sirve rezar si
el miedo te
invade. El Chelsea le
ganó porque se
lo creía. El Porto
lo definió porque
lo buscaba. El Benfica no
necesita un título
continental requiere un
cambio de mentalidad.
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