Nada de conflictos
bélicos. Nada de patriotismo
desmedido. A pocas horas
del choque eliminatorio
entre peruanos y
ecuatorianos hay comentarios
que dejan que
desear y afirmaciones
con colores impresos. No nos
fallen o el
¡Vamos Perú! es el
saludo matutino con
el cual amanecimos
hoy. Hay tanto que decir pero acaso no
es mejor disfrutar.
Las multicolores
carpas aparentaban un
campamento al pie
del asfalto. Pizarro habla
de la Champions, mientras Guerrero
ve como su fama decreció
tras la eliminación
del Corinthians en
la Copa Libertadores. Vargas causa
revuelo por su
supuesto amorío extramarital, y como
nunca, la “foquita” Farfán
puede recibir el apelativo
de agua mansa, al
menos por este
tiempo.
Ecuador llega mejor
posicionado y esto
le da un
sosiego que en
estás contiendas te
da un interesante
soporte. Perú se juega
una de las últimas chances, aunque en
el mundo de
las matemáticas hasta
el final hay
posibilidades. Qué lástima que
no soy un
especialista en los
números porque tal
vez si lo
fuera mi fe
aun estaría intacta.
Pero no voy
a hablarles de
esperanzas o de como jugará
la nacional hoy, para
nada, eso se lo
dejo a los que saben, a
los que venden, o
en todo caso, a
los que manipulan. La albirroja
se presenta esta
noche con el ánimo impoluto, sin
resquicios que pueden
trastocar su ilusión. Es más, luego
del sufrido triunfo
ante Chile, porque así
fue, nuestras posibilidades están
allí, no se han
perdido, todo lo contrario
se han repotenciado. Además, tenemos a
un campeón de
Europa y al
delantero que está
por delante de
Pato en el
Timao.
Las calles en
Lima son presas
del trafico infernal, más
de lo normal, para
los que vivimos aquí. Hay aroma
futbolero y muchos
han dejado de
laborar por ver
un capítulo más
de la tele llorona
denominada eliminatorias. Lamentablemente,
a veces, la vida
no es como
esas tramas aztecas con final
feliz, para nuestra mala
suerte la realidad
suele ser cruda
y poco condescendiente a veces. Aceptamos nuestra
realidad o seguimos
soñando con un
complicado futuro. Vamos Perú,
porque la vida
no se detiene
y nosotros debemos
continuar.
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