Tal parece que
esta generación argentina tiene
el beneplácito de
los clubes europeos. Son buenos, de
eso no hay
duda, aunque a veces
algunos se quedan
sin un espacio
entre los mejores. Para Carlos
Tevez su vida
con la albiceleste
ha tenido un
distanciamiento, no hay duda
de eso, pero también
es cierto que
su periplo europeo
es mucho más
sustancioso que el
de un Agüero, Higuaín y
hasta del propio
Messi.
El famoso apache, provocador y
hasta intimidante, ha dejado
el reino que
tanto le dio, porque
cuando experimentas descensos
y títulos, goles y
odios, puedes decir que
has vivido todo. La Juve, que
tantas ansias tiene
de ser el
monarca continental, ha tenido
a bien pensar
en el argentino
y en Fernando
Llorente para refrescar
una delantera que
tenía a un
solitario Vucinic como estrella,
y que
ahora puede presumir
de contar en
sus cañones con
verdaderos goleadores que tendrán
en
Andrea Pirlo a
su principal alimentador.
Tevez ya es
bianchonero, esa no es
la novedad, pero acaso
a un año de la
Copa del Mundo
el ex Boca
Juniors pensará en que
Sabella lo tomará
en cuenta. Todo muy
confuso y a la
vez transparente, lo cierto es
que compartía vestuario
con Agüero, pero
este no era
el de la
selección sino el
del Manchester City.
Provocador y también
intimidante. Correoso y de características
inefables. Así es
Carlitos Tevez, un delantero
que probó las
mieles del triunfo
y que al
parecer observará el Mundial
vacacionando con su
familia. Un desperdicio o
una realidad, ustedes juzguen
eso.
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